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La valiosa experiencia de la URSS en la lucha por el socialismo

El 14 de enero de 2023 el Partido Comunista Revolucionario de Francia organizó en París un evento con motivo del centenario de la fundación de la Unión Soviética. A continuación, publicamos la contribución realizada en el evento por Elisseos Vagenas, miembro del CC del KKE y jefe de la Sección de Relaciones Internacionales.

 

“Si alguien decía que la URSS se desintegraba, era como decir que el sol no va a salir mañana”, había dicho en una entrevista el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro. Esta frase refleja los sentimientos de millones de comunistas y gente progresista que se daban cuenta de que el derrocamiento del socialismo y la disolución de la Unión Soviética supondría para los trabajadores en todo el mundo un gran retroceso social.

Hace unas semanas se cumplieron 100 años de la fundación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La unificación de los pueblos en pie de igualdad e incluso con derecho a desvincularse de la URSS, creó un nuevo tipo de organización estatal, en base a los principios de solidaridad e internacionalismo de los trabajadores de las más diversas naciones. Se formó un Estado sobre la base económica común de la socialización de los medios de producción, la planificación central de la economía y el control obrero.

 

Verdades que la propaganda burguesa no puede esconder

Hoy no existe la URSS que se disolvió hace 31 años. El resultado, entre otras cosas, fue la “industria” de mentiras y calumnias a sus expensas, pero esto no puede cambiar ciertas “constantes” de la realidad como:

 

  • Los pueblos que vivían en los territorios que antes pertenecían al imperio zarista y fueron caracterizados por un profundo atraso económico, tecnológico, social y cultural, a través de la formación de la URSS lograron un desarrollo económico y social sin precedentes, un renacimiento nacional y cultural.
  • Se abolió la explotación del hombre por el hombre. Muchas de las cientos de naciones que vivían en estos territorios, obtuvieron un idioma escrito, se superó el analfabetismo, brillaron las ciencias y la cultura.
  • Los pueblos de la URSS conocieron logros sociales y políticos sin precedentes, como los servicios de Salud y la Educación gratuitas, las viviendas baratas, la jornada laboral de 8 horas, la baja edad de jubilación (60 años para los hombres – 55 años para las mujeres), la eliminación del desempleo, la protección de la maternidad y de la infancia, la seguridad social, los pasos importantes para la abolición de la desigualdad de las mujeres, la elección de los representantes del pueblo directamente de los centros de trabajo y el derecho a revocarlos, en caso de incumplimiento de sus compromisos, incluso antes de convocarse las próximas elecciones, etc.
  • El resplandor de los logros sociales y políticas de la URSS ejerció una gran influencia en todo el mundo capitalista y los pueblos que luchaban por sus derechos, contra el colonialismo, el capitalismo y la guerra imperialista encontraron un firme aliado.
  • La URSS fue la fuerza básica que aplastó el monstruo del fascismo generado por el capitalismo. Leningrado, Stalingrado, la batalla de Moscú y de Kursk, y tantos otros sacrificios del pueblo soviético permanecerán en la Historia, al igual que la imagen de la bandera roja en el Reichstag donde el Ejército Rojo la “clavó” en el “corazón” de la Alemania nazi.

La URSS recorrió nuevos caminos, desconocidos hasta entonces en el desarrollo social y en este curso no logró evitar debilidades, distorsiones, errores, como el cambio en el modo de elección de los Soviets (1936), el recurso a mecanismos del mercado (años 60), resultando al debilitamiento del poder obrero, la propiedad social en los medios de producción y la planificación científica central, la configuración gradual de las condiciones económicas, sociales y políticas que marcaron el curso hacia el derrocamiento de su trayectoria con la “perestroika” (años 80).

  • El derrocamiento del socialismo en la URSS no se hizo con levantamientos y revoluciones populares, sino “desde dentro y desde arriba” como resultado de la mutación oportunista del Partido Comunista y de la dirección política respectiva del poder soviético. En la práctica, las fuerzas del oportunismo que habían predominado en la dirección del PCUS, desempeñaron un papel traicionero para la causa del socialismo y dirigieron el proceso de la contrarrevolución. De este modo expresaron las fuerzas sociales que habían surgido gradualmente en el seno de la sociedad soviética, controlando poco a poco las estructuras del poder soviético y del Partido Comunista, buscando el retorno al capitalismo.

 

El anticomunismo como “base común” para la promoción

de los planes imperialistas

 

Estimados camaradas:

Hoy, treinta y un años después, debemos preguntar a los pueblos: ¿Cómo es nuestro mundo? ¿Ha mejorado sin la URSS? ¿Tenían razón los partidos de derecha, los socialdemócratas, “eurocomunistas” que combatieron la URSS, que celebraron su fin?

Hoy, los pueblos que se enfrentan a problemas cada vez mayores  causados por el capitalismo, pueden entender que tras la disolución de la URSS y el derrocamiento del sistema socialista en 1991, hasta la fecha, los principios de 2023, se ha intensificado la explotación brutal del hombre por el hombre. Se han aplastado logros importantes de décadas de la clase obrera y los pueblos. Vuelve el “invierno” laboral, con el desmantelamiento de la Seguridad Social, la restricción de las libertades y los derechos sindicales, el aumento del desempleo. Se intensifican las crisis económicas y una serie de leyes antiobreras-antilaborales. Se multiplican los problemas sociales, con la comercialización de la Salud, la Educación, con el problema agudo de la vivienda, las subastas de primera vivienda, la pobreza energética, la subida de precios, la inflación que se come el sueldo del pueblo, los duros impuestos sobre las capas populares.

Al mismo tiempo se intensifican los antagonismos y las contradicciones imperialistas que conducen a intervenciones, conflictos y guerras imperialistas, como en el caso de Ucrania. La amenaza de una destrucción nuclear crece constantemente mientras llegan olas de refugiados e inmigrantes.

Por supuesto, las aproximaciones burguesas, tanto en el territorio de la antigua URSS como en el “Occidente”, buscan presentar el capitalismo como “una vía de sentido único” sin ninguna salida alternativa para los pueblos, reproduciendo varias calumnias sobre la “ineficacia de la economía planificada a nivel central, sin mercado”, sobre los supuestos “crímenes del comunismo”, como el conocido “Holodomor” promovido en Ucrania por todos los regímenes burguesas durante los últimos 30 años, o que la URSS se disolvió porque Lenin y los bolcheviques minaron sus cimientos, según V.Putin. El “denominador común” de todos ellos es el anticomunismo y la distorsión de los acontecimientos históricos que busca promover las políticas y planes antipopulares.

 

Sobre la calumnia de que la guerra en Ucrania está relacionada con la “reconstitución de la URSS”

Además, algunos portavoces burgueses que combatieron a la URSS, intentan una vez mas desorientar a los pueblos afirmando que Putin es responsable de la guerra en Ucrania porque “quiere reconstituir la URSS”. Sin embargo, Putin, Zelenski y los demás regímenes burgueses de los territorios de la antigua URSS son del mismo molde. Son el resultado del derrocamiento del socialismo y de la restauración del capitalismo.

Esto no cambia porque la dirección rusa, igual que cualquier dirección burguesa, actúa como un “camaleón” y no tiene ningún problema en utilizar una u otra construcción ideológica, incluso la herencia de la URSS, la cual combatió apasionadamente en el pasado reciente y sigue combatiendo a su manera para promover sus propios intereses clasistas en la gran confrontación con otras potencias imperialistas (EE.UU, OTAN, UE) por las materias primas, la energía, las rutas de transporte de mercancías, los sostenes geopolíticos, la fuerza laboral, las cuotas de mercado. Esto no significa en absoluto que busca “resucitar” a la URSS. No es esta la intención de todos estos “parásitos” que como en todos los países capitalistas, también en la Rusia actual, tienen en sus manos el control de la economía y del poder. Su objetivo ha sido y sigue siendo la unificación capitalista de los territorios de los países, procedentes de la antigua URSS, donde la burguesía rusa tendrá un papel fuerte y distintivo, similar al de Alemania y Francia en los procesos de unificación capitalista en los territorios de los países de la UE.

Así, la guerra no se debe a una nostalgia prosoviética de los dirigentes rusos, sino al enfrentamiento entre las potencias del bloque euroatlántico imperialista (EE.UU, OTAN, UE) y el bloque euroasiático imperialista en curso de formación (Rusia, China etc.).

La “reconstitución” de la URSS, que fue una unión de Repúblicas Socialistas, la “casa” estatal común de los pueblos que construían una nueva sociedad socialista-comunista, no depende ni de las maquinaciones de la oligarquía rusa, ni del grado de nostalgia de la población que se aumenta constantemente a pesar de la difusión de propaganda anticomunista. Depende de la voluntad práctica y del alto grado de organización del pueblo, así como de su preparación para reivindicar de nuevo todo lo que le pertenece y de lo que ha sido privado durante las últimas tres décadas.

 

Sobre la identificación errónea de la URSS con la Rusia capitalista

Las fuerzas dominantes en la Unión Europea y EE.UU buscan identificar la Rusia actual con la URSS, bajo el pretexto del “totalitarismo”, de  “liderazgos autoritarios”, promoviendo una nueva caza de “brujas”. Entre otras cosas buscan identificar la inaceptable invasión rusa en Ucrania con la asistencia militar internacionalista que la Unión Soviética proporcionó a varios países en el pasado. En esta base observamos que en varios países se intensifica la campaña de destrucción de los monumentos soviéticos, en Polonia se promueve una nueva legislación que prohíbe los partidos comunistas.

Bajo estas circunstancias, las fuerzas izquierdas-comunistas que justifican la invasión en Ucrania, que aceptan los pretextos de “desmilitarizacion” y “desnazificacion” de Ucrania, y más aún identifican de manera infundada la URRS, un Estado obrero, con la Rusia capitalista actual que se rige por los intereses de unos pocos, ofrecen el peor servicio al movimiento obrero y comunista. El intento de hacer paralelismos tanto con la guerra soviético-finlandés (1939-1940), como con la Gran Guerra Antifascista del pueblo soviético (1941-1945), con la guerra imperialista en Ucrania, es totalmente engañoso porque restan importancia al carácter clasista de las potencias que han estado en conflicto entonces y siguen en conflicto hoy.

Estas potencias pasan por alto el hecho que en la Segunda Guerra Mundial Imperialista, parte de la cual fue la dura y heroica lucha del pueblo soviético y del Ejército Rojo que fue justa solo para la URSS y los movimientos guerrilleros de los países ocupados en los que los partidos comunistas desempeñaron un papel dirigente, y desde luego no para los regímenes “democráticos” burgueses, como p.ej. de Bretaña y EE.UU que participaron en la alianza anti-Hitleriana, pero que al igual que los dirigentes alemanes fascistas fueron responsables de la guerra imperialista, cometieron grandes crímenes durante la guerra y sus intereses eran totalmente antipopulares como fue demostrado por la intervención imperialista de Gran Bretaña y EE.UU contra Grecia al final de la Segunda Guerra Mundial.

 

La identificación de la China actual con la URSS está fuera de lugar

Así pues es una cosa la URSS y otra cosa la Rusia capitalista actual. Así como es una cosa la URSS y otra cosa la China actual donde predominan las relaciones capitalistas de producción, la fuerza de trabajo es una mercancía, las necesidades sociales se han comercializado, tal como ocurre en el resto del mundo capitalista. A partir de 2012 hasta la fecha, más del 60% del PIB de China se produce por el sector privado. Millones de personas están condenadas a la pobreza, mientras China ocupa la primera posición en multimillonarios a cuya disposición tienen colosales grupos de mercado electrónico, bancos, fábricas, hoteles, centros comerciales, cines, redes sociales, empresas de teléfonos móviles, etc. Al mismo tiempo, decenas de millones de emigrantes internos itinerantes que están temporalmente empleados en puestos de trabajo y puede que permanezcan desempleados, no se incluyen en las estadísticas oficiales y puede que representen el 30% de la fuerza de trabajo del país. Decenas de millones de personas están excluidas de servicios sociales contemporáneos, como son la educación técnica y superior, los servicios de sanidad, debido a su comercialización y dado que sus ingresos son muy bajos. ¿Qué tiene que ver todo esto con la experiencia de la URSS? Según nuestra opinión: ¡ninguna!

 

Hay que sacar conclusiones también de la experiencia negativa de la URSS

Hay quienes se refieren a los sistemas de seguridad, la ONU y la OSCE (antigua Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa), que fueron creados con la contribución activa de la URSS en 1945 y 1975 respectivamente, con el fin de reclamar la formación de nuevos “sistemas de seguridad” tanto a nivel internacional como a nivel regional, que supuestamente puedan tomar en cuenta las “preocupaciones de seguridad” de todas las partes y garantizar de nuevo la paz como cuando existía la URSS. Estos puntos de vista fomentados por fuerzas socialdemócratas y oportunistas que piden la creación de una “nueva arquitectura de seguridad” que supuestamente permita de modo pacífico conciliar los intereses de EE.UU, de la OTAN y de la UE con los de Rusia y China para lograr una “coexistencia pacífica”, son totalmente desorientadores para los pueblos. Esto es porque no existe un “imperialismo pacífico” como ha demostrado Lenin, y se ha demostrado histórica y teóricamente que ningún acuerdo, ninguna organización internacional o regional entre Estados capitalistas puede garantizar permanentemente la paz.

A menudo, estas declaraciones pacifistas que escuchamos no son más que una “hoja de parra” para el apoyo de la burguesía de cada país en los antagonismos y las guerras imperialistas. Cabe destacar la postura del Partido Comunista Francés y del Partido Comunista de la Federación Rusa. El Partido Comunista Francés el 25/2/2022, al día siguiente de la invasión rusa en Ucrania, se posicionaba a favor de “una perspectiva de paz y seguridad duraderas en Europa, en base a los principios del Acta Final de Helsinki y la Carta de París de 1990”. El 30/11/22 esta posición “fue combinada” por el Partido Comunista Francés con la aprobación del parlamento francés del armamento militar del país en beneficio del gobierno reaccionario de Zelenski, así como el mayor fortalecimiento de la OTAN a través de la incorporación de Finlandia y Suecia. Al mismo tiempo, de parte del PCFR el apoyo de la burguesía rusa a la guerra imperialista en Ucrania se desarrolla, entre otras cosas, tanto con el argumento de la defensa de la “civilización rusa” en la “guerra de civilizaciones”, como con la necesidad de una “nueva arquitectura de seguridad y de relaciones internacionales”, que empieza a formarse tras la invasión rusa en Ucrania. Es bien sabido que el oportunismo en los momentos críticos con diversos argumentos especiosos p.ej. “por la paz”, viene a apoyar los planes y las guerras imperialistas de las clases burguesas de todos lados. Como es bien sabido, el KKE junto con otros 44 partidos comunistas y 30 organizaciones juveniles comunistas se han posicionado en contra de la guerra imperialista. El KKE destaca que la clase obrera y las capas populares no deben optar por uno u otro lado imperialista en este conflicto. El lado correcto de la Historia es el fortalecimiento de la lucha contra el capitalismo, por el derrocamiento del poder burgués, por la construcción de la nueva sociedad socialista.

Al mismo tiempo cabe señalar que el eurocomunismo y en general los puntos de vista oportunistas se aprovecharon de una serie de evaluaciones erróneas y de la línea política de la “emulación pacífica” entre los dos sistemas, que prevalecían en la URSS tras el 20o Congreso del PCUS. En primer lugar, se trata de una sobreevaluación de los procesos positivos mundiales tras la Segunda Guerra Mundial que predominó en la URSS, así como sobre la distinción errónea entre las fuerzas burguesas de los demás países que distorsionaba “la posición de Lenin sobre la coexistencia pacífica, que tenía que ver con las relaciones económicas y comerciales entre los dos sistemas socio-económicos, fue mutada y dotada de un contenido ideológico y estratégico”[i]. Sin embargo, tal posición en la práctica “embellecía el capitalismo y reforzaba la idea errónea de que al menos para un período histórico, los dos sistemas podrían coexistir y competir pacíficamente entre sí”[ii]. Sobre este terreno se desarrollaron posiciones utópicas, políticas oportunistas sobre los “sistemas de seguridad” internacionales y regionales, que garantizarían la “coexistencia pacífica” y el “respeto” mutuo de los dos sistemas socio-políticos subestimando la naturaleza “depredadora” del imperialismo.

El KKE, tras estudiar la Historia de la URSS, ha valorado que "la línea de la “coexistencia pacífica”, tal y como se desarrolló en los primeros años de la posguerra, en cierta medida en el XIX (octubre de 1952) y especialmente en el XX Congreso del PCUS (1956), reconocía la barbarie capitalista y la agresión de EE.UU e Inglaterra, para ciertos sectores de la burguesía y las fuerzas políticas correspondientes en los Estados capitalistas de Europa Occidental, pero no como un elemento inherente al capitalismo monopolista, al imperialismo. Permitió así que se fomentara la utopía de que es posible que el imperialismo acepte a largo plazo la coexistencia con potencias que han roto su dominio mundial”[iii]

Queridos camaradas,

Hoy estamos llamados a examinar el curso histórico de la URSS, a rechazar el antisovietismo, el anticomunismo desarrollado por las fuerzas burguesas y oportunistas, pero al mismo tiempo a rechazar el embellecimiento de la URSS. Debemos abordar críticamente este pasado socialista, aprendiendo tanto de sus aspectos positivos como de sus debilidades, con el fin de adecuarnos mejor a las medidas de las exigencias actuales para el derrocamiento revolucionario de la barbarie capitalista y la construcción de la nueva sociedad comunista socialista.

Estamos seguros de que el siglo XXI será un siglo de nuevas revoluciones y levantamientos socialistas, teniendo como recurso adicional la valiosa experiencia del primer intento de construir la nueva sociedad.

16/1/2023



[i]               “Ensayo de Historia del KKE”, segundo volumen 1949 - 1968, p. 94.

[ii]              “Ensayo de Historia del KKE”, segundo volumen1949 - 1968, p.93.

[iii]             Resolución del 18o Congreso en el segundo tema “Análisis y conclusiones sobre la construcción socialista durante el siglo XX, fundamentalmente en la URSS. Percepción del KKE sobre el socialismo”.