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Capitulo C

LA SITUACIÓN EN EL MOVIMIENTO OBRERO-SINDICAL

21. El movimiento obrero-sindical durante la década pasada recibió un golpe aún más fuerte. El retroceso se profundizó, no sólo en el contenido de acción e incorporación de la mayoría de los sindicatos en los objetivos estratégicos del capital, sino además en la base e infraestructura organizativa.

El porcentaje de los trabajadores sindicalizados en el sector privado no supera el 15%. Según los datos de GSEE, en cuya fuerza participan 62 Federaciones, 79 Centros Laborales, que tienen inscritos a más de 2.300 sindicatos de primer grado, en las elecciones de los tres últimos años participaron 360.000 trabajadores. La participación ha alcanzado el mínimo histórico. La disminución respecto la organización de los trabajadores es aún mayor, teniendo en cuenta que el porcentaje de los trabajadores que participan activamente en los sindicatos es más bajo que el porcentaje de los trabajadores que participan en las elecciones de los sindicatos, en combinación con la amplia alteración de datos, los sindicatos “fantasma” presentados por el sindicalismo patronal y gubernamental con el objetivo de elegir a mas delegados en los órganos sindicales.

En ADEDY, que tiene inscritas 44 Federaciones, en las cuales participan más de 1.200 sindicatos de primer grado, en sus elecciones participaron 265.000 trabajadores. A pesar de que el nivel de participación en el Sector Publico alcanza el 62%, este porcentaje solo incluye a los trabajadores fijos o con contratos indefinidos, que están afiliados a los sindicatos desde el primer día de trabajo, aún sin saberlo. Al mismo tiempo, la participación está basada en un conjunto de favores personales, contrataciones, traslados, reubicaciones, promociones etc. promovidos por los grupos sindicales de los partidos burgueses. Las organizaciones sindicales de ADEDY no inscriben a trabajadores contratados y en general a los trabajadores con relaciones de trabajo flexibles en el Sector Público, cuyo número está ampliándose, mientras que en algunos sectores (Salud, Administración Local) estos trabajadores son mayoría, a los cuales las cúpulas sindicales no les permiten a afiliarse a los sindicatos. Una excepción son las Federaciones de Educación que han establecido la participación de los profesores interinos etc. en los sindicatos de primer grado y en los congresos de las Federaciones del Sector Público, cuando las fuerzas con orientación de clase tienen la mayoría.

Aunque el 85% de todos los asalariados (del sector privado y público) pertenece al sector privado con relaciones de trabajo a tiempo completo o  parcial, la mayoría de los sindicalizados pertenece al sector público, así como al sector público más ampliado al que abarca GSEE, con un porcentaje del 56% del total de los sindicalizados.

Durante la última década y en la fase de la crisis capitalista, ha aumentado en número y porcentaje, pero el nivel de organización se ha reducido, tanto en el conjunto de la clase obrera así como a nivel regional y según sector de producción.

Factores objetivos y cambios que tuvieron un impacto en el nivel de organización

22. La contrarrevolución, el derrocamiento del socialismo, tuvo objetivamente un impacto en el retroceso del movimiento obrero y sindical. La construcción socialista en el siglo XX, a pesar de los problemas y las desviaciones que existían, tuvo un impacto positivo en el movimiento obrero y sindical de los Estados capitalistas, en la organización y la movilización de los trabajadores.

El curso del retroceso sufrió el impacto contradictorio de la manifestación de la anterior crisis capitalista, con la contracción o cierre de la actividad productiva en sectores con una historia de organización y luchas sindicales, así como el desarrollo de otros sectores durante esta década, y también de nuevos sectores de la economía.

El retroceso está vinculado a muchos cambios negativos en las condiciones de trabajo y de vida de la clase obrera, a las formas y los medios de intensificación de la explotación. Se tratan de cambios moldeados por las llamadas reestructuraciones capitalistas y las reformas anti-obreras mediante los conocidos «memorandos» y otras leyes. Las altas tasas de paro y de trabajo a tiempo parcial, la generalización de las formas de trabajo temporal flexible, la explotación extensa de los inmigrantes, la estratificación importante, la movilidad de los jóvenes trabajadores entre diferentes sectores o incluso dentro el mismo sector, tienen un impacto importante en el nivel de organización y en la unidad de la clase obrera. Estos factores dificultaron aún más el resurgimiento de los sindicatos, en combinación con el contenido de acción profundamente reformista y estrechamente gremial que predominaba en el movimiento obrero y sindical, con el desarrollo de la línea de cooperación social y de incorporación de los sindicatos por el Estado y los mecanismos de la UE, mientras que las direcciones de muchos sindicatos empresariales están alineadas con la patronal.

La clase burguesa, utilizando el arsenal legal que todos los gobiernos sucesivos le han asegurado, así como la amenaza del despido en condiciones de explosión del paro, ha generalizado los contratos individuales. Se dio la posibilidad a la patronal de eliminar en la práctica los Convenios Colectivos de Trabajo, de reemplazarlos por contratos firmados por asociaciones de personas, que son instrumentos suyos, teniendo consecuencias negativas directas en las condiciones de venta de la fuerza de trabajo y asestando un golpe contra la organización sindical. En este marco, las relaciones de trabajo flexibles se establecieron y se generalizaron, y las evaluaciones de trabajadores en combinación con otros métodos reforzaron la competencia entre los trabajadores.

En el terreno de factores materiales objetivos, la conciencia de los trabajadores se ve influida por las diferentes decisiones gubernamentales de gestión del gobierno, con las cuales intentan controlar las consecuencias del círculo vicioso de concentración y centralización del capital, así como de su devaluación.

El período durante el cual muchos habían puesto sus esperanzas en SYRIZA, el período de las ilusiones por la superación de las consecuencias de la crisis capitalista con un gobierno de gestión de “izquierda” en el marco del poder capitalista, el período de compromiso fomentado y de derrotismo provocado después de la refutación de las esperanzas falsas, han traído un nuevo debilitamiento general de los sindicatos. Anteriormente, en las “plazas de los indignados” se habían difundido consignas reaccionarias, como “fuera los partidos y los sindicatos”, y a continuación se reforzó la lógica de la “ineficacia” de las luchas y que “no cambia nada”, ya que el criterio era su conexión con la alternancia gubernamental con el fin de una intervención en la economía capitalista y en la UE supuestamente favorable al pueblo.

Durante todo este período se vio reforzado el desarrollo de la colaboración de clases por parte de gobiernos de los partidos burgueses liberales, socialdemócratas, así como oportunistas. Se vieron reforzadas las calumnias contra la lucha de clases y el desprecio de la organización sindical. Bajo la responsabilidad de la patronal y sus fuerzas burguesas políticas y sindicalistas, se vieron expandidos los fenómenos de desorganización, fraude y soborno, se formó una línea y practica más agresiva contra las fuerzas con orientación de clase para acerar los intereses patronales y el sistema. En oposición a estas aspiraciones, se sitúa la acción del KKE y los sindicatos con orientación de clase.

El sindicalismo estatal, gubernamental y patronal predominan en las Confederaciones sindicales superiores

23. La acción del Partido, que ha aportado resultados concretos y una experiencia importante, no ha cambiado el hecho de que en los sectores básicos de la economía capitalista, los sindicatos y una serie de organizaciones de segundo grado permanecen vinculados con la sección que colabora con el gobierno y predomina en GSEE y ADEDY, el cual es un mecanismo de administración conjunta, de gestión de las aspiraciones y los intereses patronales y estatales, y un mecanismo claramente burocrático. A lo largo de los años, se ha profundizado su papel como una herramienta de la patronal y del Estado contra la clase obrera y sus derechos.

La mayoría en los órganos sindicales superiores de GSEE y ADEDY, sigue, a pesar de la reducción de su prestigio, en las manos de las facciones sindicales de los partidos burgueses, PASKE (facción del partido socialdemócrata PASOK) y DAKE (facción del partido de derecha ND), los cuales se colaboran firmemente entre ellos y con las fuerzas de SYRIZA alineadas con ellos. SYRIZA no ha logrado crear un brazo sindical importante ni durante su mandato gubernamental, ni durante la fase anterior cuando esencialmente absorbió en el Parlamento fuerzas importantes del PASOK.

En la fase actual, la expresión de la socialdemocracia en el movimiento sindical reajusta su actitud y su táctica, con el fin de fortalecer, ampliar y establecer su incorporación al servicio de la competitividad de la economía capitalista. Los últimos años, el gran retroceso del PASOK, hoy día llamado KINAL, debido a su apoyo en todas las reestructuraciones en condiciones de crisis capitalista profunda, tuvo como resultado que sus fuerzas se movieron a SYRIZA, convirtiéndole en el representante principal de la socialdemocracia. Sin embargo, esta sucesión, aunque provocó un desorden en el seno de la entonces dominante facción PASKE, no causó una caída correspondiente.

PASKE, más especialmente en el sector público y el sector público más ampliado, los bancos, y algunos sectores industriales, sigue manteniendo un mecanismo de incorporación. Desde 2010 y en dos congresos consecutivos, hasta 2016, hubo un curso descendiente tanto en GSEE como en ADEDY. Este curso se interceptó en 2020 y sigue siendo la primera fuerza en porcentajes y escaños. Esto muestra una independencia relativa en el funcionamiento de PASKE en relación con su partido, que se basa en su conexión directa con mecanismos, principalmente en las antiguas empresas públicas, y conexión de los sindicatos con estos mecanismos, fuertes lazos de las direcciones de los grandes sindicatos con las administraciones de empresas y el Estado burgués, independientemente de la composición gubernamental que existe en cada momento. Con el Instituto de Trabajo (INE) de GSEE como su vehículo, continuaron a formar mayorías falsificadas y a controlar las direcciones de organizaciones sindicales con los programas de formación, agencias de trabajo y de contratación -básicamente “esclavistas”- que se han convertido en mecanismos de conciliación directa de los Centros Laborales con las empresas. El PASOK estuvo en el gobierno durante muchos años, pero estableció el desarrollo de sus fuerzas sindicales durante un otro periodo histórico. Por el contrario, a SYRIZA no le era posible formar cuadros sindicales similares, y se limitó a funcionar de manera complementaria de PASKE, principalmente para la formación de direcciones y mesas anti-PAME.

En toda esta situación se refleja la volatilidad que aun prevalece en la socialdemocracia. En estas condiciones, los cuadros sindicales socialdemócratas están a la espera de los desarrollos: si KINAL se recupera o si SYRIZA se mantiene como la fuerza dominante de la socialdemocracia, a pesar de los problemas organizativos que tiene por el momento. Al mismo tiempo, una parte de los sindicalistas de PASKE sigue esperando un posible futuro gobierno de coalición con la ND. A través de este proceso, con un frente de confrontación firme, existen capacidades de emancipar a sindicalistas que están preocupados por esta decadencia e intentan separar su posición.

DAKE y otras facciones que representan la ND en todos los niveles del movimiento sindical siguen siendo una gran fuerza. De hecho, en ADEDY marcan un aumento significativo, principalmente en las Federaciones de Educación. Utiliza, como PASKE, el mismo potencial que ofrecen las asociaciones de la patronal, el Estado burgués y las asociaciones empresariales europeas. Utilizando los programas europeos y más especialmente los fondos del INE de GSEE, han formado junto con las fuerzas de PASKE en los trabajadores del sector privado, particularmente en Centros Laborales del norte de Grecia, un mecanismo importante para la incorporación de trabajadores, la creación de sindicatos fantasma y representantes ilegítimos.

Las fuerzas de SYRIZA se han debilitado desde 2016 hasta hoy. Tuvieron una subida en ADEDY durante su gobierno y los años anteriores, ya que en GSEE se expresó principalmente con la colaboración con una parte pequeña que se separó de PASKE (la facción EMEIS). A pesar de su disminución, sigue manteniendo fuerzas en ADEDY. Al mismo tiempo, sigue eligiendo representantes a través de listas electorales unificadas con PASKE y DAKE, junto con el apoyo de la patronal, como por ejemplo en supermercados y empresas marítimas. Sus cuadros participan más activamente en las direcciones del INE de GSEE y en fondos de asociaciones profesionales en sectores como la industria farmacéutica, el comercio, las empresas marítimas, y son parte orgánica del mecanismo de soborno e incorporación de trabajadores.

Las fuerzas de ANTARSYA, principalmente, pero también otras fuerzas como META/LAE, presentan una caída durante los últimos años en primer lugar a causa de su apoyo al gobierno de SYRIZA. En GSEE y en el sector privado en general siguen siendo una fuerza marginal con unas pocas fuerzas en los sindicatos de científicos asalariados y en unos pocos sindicatos de “personas jurídicas de derecho privado”, que pertenecen al sector público más ampliado. En el ámbito del sector estatal, donde tienen una cierta presencia más organizada, siguieron el curso de las fuerzas sindicales de SYRIZA, es decir, marcaron una pequeña aumento durante el período del ascenso parlamentario y gubernamental de SYRIZA y un descenso en los dos últimos congresos de ADEDY. Principalmente mantienen fuerzas en el profesorado, pero también en los hospitales.

Es característica su participación en listas electorales conjuntas con las fuerzas de SYRIZA, más especialmente en los docentes y en otras áreas, ya que en algunos casos presentan marcos de lucha conjuntos y táctica conjunta.

En todo caso, existen nuevas exigencias en el debate en ADEDY. La correlación entre las fuerzas burguesas liberales y las fuerzas reformistas oportunistas en ADEDY no es el mismo con el de GSEE y no podemos considerar que la confrontación en el primero sea una réplica del sector privado. En ADEDY la conexión de los trabajadores y el Estado es orgánica. Al mismo tiempo, el impacto socialdemócrata y oportunista expresado varias veces en las resoluciones de ADEDY exige un plan bien elaborado sobre el contenido, la confrontación y las iniciativas para combatir las ilusiones creadas. Más aún, ya que en el terreno de la agudización de los problemas populares, a causa de la agudización de todas las contradicciones y contrastes del modo de producción capitalista, en el programa de reformas en sus diversas formas, dirigido a los trabajadores del sector público, destaca el apoyo del Estado a la economía, en la lógica del frente “anti-neoliberal”, “contra la derecha” y “contra la represión”, y se especializa en el marco del movimiento para incorporar cualquier forma de radicalismo expresado.

Se refuerza el control estatal asfixiante de los sindicatos

24. El marco del control estatal de los sindicatos se profundiza con una serie de leyes, como durante el período del gobierno de SYRIZA con la ley sobre la proclamación de huelga y a continuación con las leyes de la ND sobre el marco del funcionamiento de los sindicatos y el control de su legalidad. El marco legislativo refuerza constantemente la intervención del Estado burgués. Las organizaciones sindicales no son “de facto” organizaciones en términos de organización y funcionamiento (estatutos) determinados libremente por sus miembros. Se rigen por disposiciones legales con relación a los sindicatos, las cuales son cada vez más estrictas. La Justicia burguesa interviene para resolver la falta de dirección de organizaciones sindicales, escogiendo una dirección provisional. Es una práctica que fue aplicada ampliamente en la historia más reciente del movimiento obrero y sindical y en el último congreso de GSEE, hasta el momento en el que el gobierno intervino con las fuerzas de represión para imponer quiénes y cómo van a votar.

Las disposiciones legales asfixiantes limitan la acción de los sindicatos y la representación de los trabajadores. Por ejemplo, no existen disposiciones para los comités sindicales de un sindicato sectorial, por lo tanto no son regulados según la Ley 1264/82. Lo mismo vale para la elección de representantes de un sindicato sectorial provenientes de los centros de trabajo. Teniendo en cuenta que el requisito previo para la formación de un sindicato son 21 miembros y que en la mayoría de las empresas trabajan hasta 50 trabajadores, se prohíbe que la gran mayoría de los trabajadores en los centros de trabajo tenga representantes legales. Hasta incluso el comité de sanidad y seguridad en el trabajo (Ley 1588/85) necesita 50 trabajadores como límite mínimo para su formación. Este límite conviene al poder burgués, basándose en la realidad de la económica capitalista griega, para excluir también de esta manera, la representación formal de la inmensa mayoría de los asalariados.

En condiciones de desarrollo de la económica capitalista se encontrarán mejor preparados para incorporar los sindicatos más profundamente no solo en línea de consentimiento y colaboración de clases, sino también como parte del mecanismo estatal. Para convertirlos en mecanismos de administración conjunta «justa y democrática» de las demandas empresariales, en mecanismos burocráticos, sin la participación viva y activa de los trabajadores y sin ningún papel decisivo en su movilización. Este acontecimiento existe en los países capitalistas de Europa. Los principales sectores y regiones industriales forman Zonas Económicas Especiales sin presencia de sindicatos.

Actualmente, esta planificación ha cambiado de nivel, ya que se refleja en una serie de leyes. Los sindicatos se convierten en un mecanismo del Ministerio y de la patronal. La ley establece que los sindicatos, incluso cuando logran firmar un convenio colectivo sectorial, deben al mismo tiempo presentar un estudio técnico-económico y actuarial, y se comprometen de que las propuestas no dañen el desarrollo viable de las empresas del sector. De esta manera, los sindicatos se convertirán por ley en defensores de la competitividad. El ataque contra el derecho a la huelga y las nuevas leyes de represión vienen a completar este ataque.

Esta línea se refleja brevemente en la dirección de convertir los sindicatos en “consejos laborales” sin procesos de masas, sin la capacidad de proclamar huelgas, restringiendo la elaboración de objetivos de lucha en los límites de las demandas económicas por la empresa. Es decir, la “europeización” que están intentando lograr desde la década de los noventa. La presencia de la patronal con penetración directa en el movimiento sindical se basa en la planificación anteriormente mencionada. Un elemento que se destaca en los últimos años es la participación mucho más directa y con presencia física de la patronal en los sindicatos de grandes sectores como el comercio y las empresas marítimas.

Al mismo tiempo, con la introducción de reglas y a través de OAED (Organización para el empleo de mano de obra) el Estado controla la situación económica de los sindicatos, de la cual están directamente dependientes. La falta de independencia financiera y de apoyo a los sindicatos a través de las cuotas que pagan los miembros, tienen un impacto decisivo en la existencia de la infraestructura material que es necesaria para apoyar y fortalecer su intervención.

De hecho, siempre y cuando la indignación de los trabajadores se aumente, es posible que sindicatos con mayorías socialdemócratas y oportunistas empiecen alguna lucha limitada dentro de los “límites de resiliencia” de la economía. La clase burguesa experimentada no quiere que sus representantes en los sindicatos pierdan completamente sus lazos con los obreros. Lo importante es la orientación de los sindicatos, consecuentemente es necesario que nuestras fuerzas estén preparadas ante esta posibilidad.

El papel del INE de GSEE

25. La intervención del INE de GSEE es corrosiva. Se trata de un Instituto vinculado a los respectivos institutos de investigación y estudio de las asociaciones de la patronal (Federación de Industrias Griegas, SEV), de Cámaras y de servicios estatales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Tiene un presupuesto de millones de euros, gestiona una gran suma de programas europeos, más especialmente los programas de capacitación, de formación, de estudios, así como los programas del Marco Estratégico Nacional de Referencia (ESPA). Además, colabora con los institutos respectivos de sindicatos en el ámbito de la Unión Europea, con las instituciones de la socialdemocracia europea e internacional. Su objetivo declarado es consolidar la “cooperación social”, es decir la “colaboración de clases”, por esta razón opera una Academia de Cuadros (escuela de dirigentes sindicales al servicio de los empresarios). Presenta las opciones de la mayoría de GSEE como científicamente fundamentadas, promoviendo estudios e investigaciones relevantes. Junto con las organizaciones de la patronal y los gobiernos participa y planifica la política antiobrera y la promoción de las reestructuraciones, implicando la Federación en su formulación.

En la fase anterior de la crisis y antes del ascenso de SYRIZA en el gobierno, el Levy Economics Institute en cooperación con el INE de GSEE contribuyó -como anunció- “fundamentalmente en la planificación y la aplicación de un programa social para la inmediata creación de empleo en toda Grecia”. En esencia, aplicaron los conocidos programas de empleo a tiempo parcial, financiados por los fondos estructurales de la UE. Al mismo tiempo, el INE de GSEE propagó el cambio de fórmula política, promoviendo recetas neokeynesianas. En 2015 apoyó abiertamente la aceptación del paquete de la UE y el «SÍ» en el referéndum junto con las asociaciones patronales. En 2019 procedió a una propuesta común con el SEV sobre la “reconstrucción productiva”, la “competencia sana” y la “alianza social” de SEV, GSEE y Cámaras.

Con los programas -supuestamente- para abordar el problema del paro, recopiló una enorme lista de parados. Uno de los aspectos de utilización de este método fue la formación de correlaciones en los sindicatos. Durante el curso de cada programa fundó un sindicato de empleados privados, que lo inscribieron solo en el Centro Laboral y no en la Federación y forzaron a todos los trabajadores a votar. De esta manera, existen sindicatos fantasma de trabajadores del sector privado con miles de votantes, p. ej. el sindicato de empleados privados en la ciudad de Farsala que presentó 488 votantes en el último congreso.

Los programas del INE de GSEE son financiados por el ESPA. Su contenido es la formación y la recapacitación de trabajadores y la formación de cuadros sindicales para que sean capaces de gestionar los asuntos de los trabajadores a favor de los grupos empresariales, p. ej. programas de formación sobre “la gestión de conflictos en las empresas” por parte de cuadros sindicales. Su objetivo es convertir las organizaciones sindicales en mecanismos capaces para la gestión de los problemas de los trabajadores a favor de la patronal y del Estado, incluso dificultando la lucha por las demandas más mínimas.

Fragmentación organizativa

26. Bajo la responsabilidad de las fuerzas que predominan en GSEE, continuó la fragmentación organizativa del movimiento obrero y sindical y su  fraccionamiento en organizaciones sindicales de segundo y primer grado. Más especialmente en las condiciones de la última década, se reveló un problema grave, es decir, el hecho de que existen muchas Federaciones en un mismo sector (transportes, energía), así como muchos Centros Laborales en la misma prefectura.

Las facciones sindicales de los partidos burgueses invocan la unidad organizativa solo cuando asegura la incorporación de los trabajadores y del movimiento con orientación de clase, cuando garantiza y promueve la aceptación de la teoría de los intereses comunes entre los explotadores capitalistas y los obreros que sufren la explotación. Cuando se forman las condiciones para lograr elementos de unidad de los trabajadores en base a los intereses de clase, pretenden tomar medidas organizativas con la fundación de nuevas organizaciones de primer y segundo grado. El fenómeno de alta fragmentación es la continuidad de la vieja fragmentación gremial y es la opción de fundar organizaciones para la formación de correlaciones a favor de las fuerzas patronales, la división de la unidad de los trabajadores, para poner obstáculos adicionales en el desarrollo de la línea de lucha anticapitalista en los sindicatos.

LA LUCHA PARA EL REAGRUPAMIENTO DEL MOVIMIENTO OBRERO–SINDICAL

27. El KKE contribuyó decisivamente para que una parte significativa de la clase obrera resistiera y mostrara excepcional resiliencia, mantuviera viva la importancia de la organización sindical militante. El KKE reunió fuerzas, reagrupó sindicatos y educó a una nueva generación de militantes con la orientación de lucha contra los capitalistas, el Estado y sus mecanismos, sus alianzas imperialistas.

Esta acción del KKE contribuyó, especialmente durante los años de la anterior crisis capitalista, a que la situación de retroceso del movimiento sindical obrero no fuera total. La situación aún peor del movimiento obrero-sindical en Europa y otros países capitalistas se habría generalizado también en Grecia, si la acción del KKE, sus miembros y otros luchadores en los sindicatos, con el PAME, no pusiera obstáculos frente al ataque total del capital y en la desorganización del movimiento.

El porcentaje que adquiere la lista que formamos en la Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE) se mantiene acerca de 20% (19,5% y 9 escaños en el último congreso con las exclusiones). En el sector público, registra un aumento por cuarta vez consecutiva en el congreso de la Administración Suprema de Asociaciones de Funcionarios Públicos (ADEDY) y está al 19%.

Las fuerzas que apoya el Partido tienen la mayoría en 14 Federaciones, 20 Centros Laborales y tenemos representantes electos en los órganos de 46 Federaciones y 69 Centros Laborales. Intervenimos en cientos de sindicatos y podemos establecer nuevos objetivos y planes en cada sector para la ampliación del PAME con nuevas fuerzas.

Hemos acumulado importante experiencia positiva y negativa en la elaboración de tácticas. Hemos formado una subestructura ideológica, política y organizativa crucial como Partido y fuerza dentro del movimiento, capaz de luchar para cambiar la situación actual en la dirección de fortalecer la unidad de la clase obrera, su orientación clasista para el contraataque obrero-popular, para liderar la alianza social en una dirección anticapitalista–antimonopolista.

Sin embargo, no debemos subestimar los factores objetivos que han contribuido al distanciamiento de sectores de la clase obrera de la organización y acción sindicales de clase, en combinación con las aspiraciones del capital de dar un golpe al papel de los sindicatos como forma inferior de organización de la clase obrera. Para el KKE, elevar los requisitos de su capacidad de acción es un elemento de fortalecimiento. Al mismo tiempo debemos resistir constantemente la presión que ejerce la correlación de fuerzas negativa hacia la integración, pero también la subjetividad de que la intervención del Partido es el único factor para el derrocamiento de esta correlación negativa. Ante las nuevas y más difíciles condiciones de la lucha de clases que tenemos que afrontar, examinamos los factores objetivos pero también las debilidades subjetivas, si y cómo hacemos todo lo posible en la acción del Partido.

Hemos definido el contenido principal del reagrupamiento del movimiento obrero como la preparación y desarrollo de la capacidad de actuar con decisión y eficacia, en alianza con las capas populares de los trabajadores autónomos de la ciudad y del campo, contra la estrategia elaborada unificada del capital y el poder capitalista. El XXI Congreso debe ocuparse de la cuestión de adaptar la acción a la tarea estratégicamente importante del reagrupamiento del movimiento obrero.

A pesar de los pasos que se han dado para entender la necesidad de trabajar dentro de la clase obrera y su movimiento sindical, no hay o no se aplica con estabilidad en todos los sectores y a nivel local, en los barrios, municipios, ciudades y pueblos, un plan integrado de organización y movilización de masas obreras-populares, de funcionamiento y acción de las organizaciones sindicales, la creación de nuevos sindicatos, cambio de la correlación de fuerzas dentro de los sindicatos, con el fin de contar pasos, resultados, y a continuación corregir lo que es necesario.

Al mismo tiempo, aún no se ha logrado una percepción unificada del  siguiente tema: "El Partido Comunista actúa tanto de forma autónoma como en el movimiento". Este elemento de nuestra acción, derivado del hecho de que el propio Partido Comunista es la forma superior y consciente de expresión del movimiento obrero, a veces aparece como dos tareas que no se pueden combinar en la práctica; a veces el trabajo sindical está completamente separado con el trabajo partidario-político o se identifica con este. Seguimos enfrentando problemas en la forma en que se entiende en la práctica la relación del Partido con los sindicatos. Estos temas se vuelven más complejos en condiciones de retroceso del movimiento, nos privan de un mayor impulso en nuestra acción y, al mismo tiempo, no crean condiciones favorables para la construcción del Partido, que es un factor clave para el auge del movimiento obrero.

Conclusiones de las luchas y los esfuerzos para crear focos pioneros de resistencia y lucha en los centros de trabajo

28. El período transcurrido desde el XX Congreso hemos librado luchas importantes en condiciones en las que hubo rápidos desarrollos en la economía capitalista. La crisis capitalista fue seguida de una recuperación débil y una nueva crisis capitalista en condiciones de pandemia, que objetivamente dio origen a nuevos requisitos en la lucha y nuestra intervención en el movimiento obrero-sindical. Durante ese tiempo buscamos aclarar de manera oportuna y acertada la naturaleza de los desarrollos, fortalecer los elementos del debate en cada fase, elaborar tácticas, lemas, marcos de lucha. Esto nos permitió tomar la iniciativa y desarrollar acción avanzada. Sin embargo, hemos evaluado que el contenido del enfrentamiento y esta orientación no fueron asimilados a tiempo por todos los miembros del Partido. Sin embargo, se ha adquirido una gran experiencia en cómo se ha intensificado la lucha contra la estrategia del capital y cómo han respondido los Órganos de dirección y los Grupos Partidarios.        

Ha habido varios casos en los que grupos empresariales han impulsado o incluso montado descaradamente "movilizaciones obreras", han utilizado sus empleados con el fin de reclamar al gobierno mayor apoyo que sus competidores, aprovechando el miedo de los trabajadores de que si la empresa no recibe apoyado, serán despedidos. En tales condiciones, se intensifican la manipulación y la presión sobre los trabajadores. Los asuntos “urgentes” que los preocupan como lo que ocurrirá con los puestos de trabajo, sus ingresos, el futuro incierto en condiciones de alto desempleo, son insoportablemente apremiantes. Es necesario que haya precedido una fuerte intervención ideológica y política y la experiencia de las luchas, para que los trabajadores puedan aguantar, promover sus propias demandas y no sucumbir a las aspiraciones de los patrones.

Los grandes proyectos de inversión, por los que chocan los monopolios, utilizan metódicamente las movilizaciones populares por los problemas existentes, buscando promover sus propios intereses y bloquear los planes de sus competidores, en el puerto del Pireo y otros puertos. Los conflictos entre monopolios a menudo conducen a compromisos rentables, pero dolorosos para los derechos de los trabajadores y la calidad de vida de los residentes. Las fuerzas del reformismo-oportunismo sirven constantemente a tales aspiraciones, desorientando la lucha de clases, integrando al movimiento obrero-sindical en los planes burgueses. Utilizan su propio marco de lucha que tenían en el movimiento sindical, para arrastrarlo bajo la bandera de los intereses empresariales. La lucha para que se no queden los obreros atrapados en una u otra versión del capital también requirió la elaboración adecuada de un marco de lucha más avanzado, como la combinación de reclamaciones para todos los trabajadores en el puerto del Pireo contra el ataque escalonado, con demandas que concuerdan con el lema “puerto-propiedad del pueblo” y la dirección de lucha necesaria para que este lema se convierta en realidad.

Partidos burgueses y oportunistas y las fuerzas del sindicalismo patronal y gubernamental están promoviendo el lema de la "reconstrucción productiva" en el contexto de una variedad de programas. La "reconstrucción productiva" es de hecho sinónimo del objetivo de la recuperación capitalista y del cambio del "modelo productivo", a pesar de que de vez en cuando se disfraza con consignas que parecen radicales. Hoy, por ejemplo, promueven el "crecimiento verde", promoviendo objetivos como la "descarbonización" en nombre del "cambio climático". Estos son los objetivos que se utilizan para atrapar el movimiento en diversas versiones de la política burguesa.

La GSEE y las grandes federaciones del sindicalismo patronal-gubernamental promueven un marco integral de especialización de las orientaciones estratégicas del capital, complementario y en algunos casos más especializado que el “Informe de Pissarides” reproduciendo ilusiones de que el desarrollo capitalista puede ser beneficioso tanto para los patrones como para los trabajadores.             

Los dos caminos de desarrollo -uno a favor del capital, otro a favor del pueblo- serán la principal línea de enfrentamiento en el próximo período en el movimiento obrero sindical, que encontrará su expresión en cada sector. Centrándonos en los sectores de importancia estratégica, se requerirá una acción más estable, persistente, planificada en cada sector, con elaboración especial para cada centro de trabajo y sindicato, con el objetivo de agrupar fuerzas, cambiar la correlación y construir fuertes organizaciones del Partido.  

En todo caso, se confirma que se necesita un trabajo ideológico, político y organizativo superior del Partido y una elaboración continua del conflicto  ideológico-político dentro de las filas del movimiento, contra las fuerzas políticas burguesas, los patrones, el Estado, la estrategia del capital en su conjunto, pero también contra el oportunismo. A través de la intensificación del trabajo ideológico-político y el desarrollo de la capacidad de los comunistas a especializar en cada movimiento por centro de trabajo, rama, etc., se puede promover la organización, la agrupación y la agitación de los trabajadores, el aumento de la influencia política del KKE dentro de la clase obrera, que es un factor decisivo para la radicalización de la conciencia, el fortalecimiento de la acción política clasista de los trabajadores, que planteará el tema de los derrocamientos radicales a nivel de poder.

 

29. Con el movimiento en retirada y el ataque de la burguesía cada vez más fuerte, el esfuerzo por organizar la lucha, formular demandas y reivindicaciones requiere un estudio constante, un contacto vivo con los centros de trabajo y  ajustes necesarios que revelen los planes del capital y de sus gobiernos, los impasses del sistema capitalista y aprovechen la más mínima posibilidad que se presente para agrupar a los trabajadores, ayudarles unirse y participar en la lucha colectiva. Centramos nuestra atención en el objetivo de convertir la organización sindical de base en un valioso instrumento de lucha obrera, un arma para fortalecer la organización de la clase trabajadora, su postura combativa en la reivindicación de sus derechos como condición previa para orientar la lucha contra el capital y su poder, en combinación con la influencia de las ideas comunistas, sino también los desarrollos generales que determinarán el resultado de la lucha de clases.

En la fase actual, es necesario asimilar como orientación política que la formación de los marcos de lucha requiere tener vínculos profundos con la clase obrera, tomando en cuenta su situación actual, sus necesidades, sus problemas, sin incorporarnos ni asimilarnos, evaluando en todo caso el nivel, la experiencia acumulada en cada sector y centro de trabajo. Jugamos un papel principal en la organización de la lucha obrera como condición previa para comunicar, para formular las demandas junto con los propios trabajadores, que es un elemento de educación combativa, y para plantear la necesidad de reclamar todas sus necesidades y derechos. Especialmente en la situación actual, los trabajadores en todos los centros de trabajo y sectores tienen enormes y agudos problemas. Hay centros de trabajo y sectores donde los trabajadores están mal remunerados o que no se pagan regularmente, con horario flexible, etc., pero hay otros centros de trabajo y sectores donde los problemas aparecen de otra forma, no tan extrema. Al mismo tiempo, los problemas de los trabajadores no están determinados exclusivamente por el nivel del salario, sino también por la política general, de Seguridad Social, la Salud, la Educación, etc. Somos conscientes de que el marco de la lucha por la satisfacción de las necesidades contemporáneas no es adoptado desde el principio por todos los sindicatos, por los trabajadores y por todos los sectores de la clase obrera ya que están objetivamente influidos en primer lugar por la situación que experimentan en su centro de trabajo, en su sector. Decisivamente debemos superar hablar con lemas generales o limitar nuestra propia intervención a la correlación negativa dentro del movimiento o una movilización.

El aumento del grado de organización de la clase obrera es el resultado de una combinación de muchos factores, junto con la intervención crucial de Partido. La ausencia de la lucha es un terreno fértil para el derrotismo, mientras que la participación crea las condiciones para ganar experiencia combativa, la confianza en uno mismo.

En particular, la lucha contra los relaciones laborales flexibles, en todo su espectro reaccionario, está evolucionando objetivamente en un conflicto con una elección estrategia del capital, que se promueve en todos los sectores como tendencia general, que prevalecerá hasta el derrocamiento revolucionario. Es un terreno de confrontación que, bajo la intervención de los comunistas, puede llevar a conclusiones generales sobre el sistema de explotación y el objetivo hacia el cual se debe dirigir la lucha del movimiento.

Las demandas relativas a aumentos salariales, los convenios colectivos, las jornadas laborales fijas, la abolición de las horas extraordinarias y la reducción de las horas de trabajo etc., son demandas vitales que chocan con el corazón de las reformas burguesas. Al mismo tiempo las necesidades de las familias populares constituyen una línea de agrupación, de intensificación de la lucha y de confrontación con la estrategia del capital. Son demandas con orientación de clase que pueden llevar al auge de la lucha, al mejoramiento de la organización, siempre que las elaboremos adecuadamente, no mecánicamente, tomando en cuenta todos los factores, en el contexto de lucha dentro del movimiento sindical. Trabajamos teniendo la convicción de que el auge de la lucha de clases y el reagrupamiento también pueden proporcionar algunos beneficios inmediatos en una u otra medida. Utilizamos la lucha y las conquistas para que la clase obrera se dé cuenta de la necesidad de derrocamientos radicales.

 

30. Nuestro Partido ha elaborado correctamente el marco reivindicativo en torno a las necesidades contemporáneas de las familias obreras-populares y lo ha planteado en el debate dentro del movimiento. Esta cuestión fue señalada con énfasis en el XX Congreso. Las necesidades contemporáneas conciernen todos los aspectos de la vida (salarios, condiciones de trabajo, salud, educación, vivienda, ocio, recreación, vacaciones, utilización de las tecnologías nuevas al servicio de las personas, etc.). Tenemos en cuenta que varias cuestiones planteadas por el sistema político burgués, como son el derechismo individual, las teorías irracionales sobre el “género social”, etc. influyen en la configuración de la conciencia social. Son temas que preocupan al movimiento obrero-popular también y que gozan de popularidad entre las edades más jóvenes. Al señalar todas las necesidades contemporáneas, se da la oportunidad de fortalecer la reivindicación, de orientar la lucha contra las causas verdaderas, mostrando a la vez los límites del sistema capitalista, iluminando las posibilidades y las condiciones para satisfacer estas necesidades. Nuestro objetivo es hacer que todo esto llegue a constituir una causa de la clase obrera y de las demás fuerzas sociales aliadas. Es cierto que dicho marco no se adoptará de un día para otro. Al principio se adoptarán asuntos que están en el punto de mira, habrá escaladas y también retrocesos mientras avanza la lucha de clases. Su reivindicación integral se irá logrando en el curso de la lucha de clases, con el mejoramiento evidente de la correlación en la lucha política, con la sacudida del poder burgués y, ciertamente, en condiciones de ascenso revolucionario. La satisfacción final de las necesidades sociales contemporáneas que siguen ampliándose constantemente es una cuestión del poder revolucionario y de la construcción socialista-comunista.

 

31. En los frentes de lucha importantes, hemos elaborado y actualizado nuestras metas como el tema de los salarios y los Convenios Colectivos, el sistema de seguridad social, las cuestiones de seguridad y salud en los centros de trabajo, las relaciones laborales flexibles, los contratos de tiempo determinado y los programas que esencialmente reciclan el desempleo en el sector público, el sueldo mínimo y la lucha contra la privatización de grandes unidades de producción como la Empresa Pública de Electricidad (DEI), la LARCO y otras. Nos esforzamos por integrar la lucha para abordar problemas cada vez más agudos en ciertas empresas y sectores (privatizaciones, despidos, trabajo no remunerado, etc.) en la lucha más general por los derechos de los trabajadores y de las capas medias populares.

En una serie de ramas, donde –desde el punto de vista de nuestras propias fuerzas- había mejores posibilidades de organización, de experiencia, de intervención más estable, obtuvimos algunos resultados (por ejemplo en la zona de reparación de barcos, en los trabajadores en la construcción, en empresas del sector financiero, como “Mellon”, “First Data” y otras). Estos resultados han llevado también a romper con el retroceso continuo en las demandas, a fortalecer la lucha reivindicativa, a revitalizar y a reagrupar el movimiento, a consolidar los sindicatos de base. La elaboración de Convenios Colectivos de Trabajo en ciertos sectores, donde existen fuerzas partidarias y sindicatos, como en las Telecomunicaciones y las Finanzas, ha contribuido en cierto grado a aumentar la participación de trabajadores jóvenes, especialmente mujeres, confirmando que podemos atraer a la lucha a las generaciones más jóvenes sin experiencia de luchas sociales.

Nuestra intervención y nuestra iniciativa con el fin de que los sindicatos desarrollen tales luchas, no se han generalizado más allá de los grandes sindicatos que operan principalmente en Ática. Tal intervención y desarrollo no son un frente de lucha fácil, no garantizan necesariamente una escalada. Se ha formado una nueva situación: la masa de jóvenes que trabajan sin haber conocido convenios colectivos de trabajo y otros derechos de generaciones anteriores va creciendo y constituye hoy en día la gran mayoría. Por regla general, el monto y las formas de remuneración se basan en una multitud de relaciones laborales flexibles, donde prevalecen los contratos individuales.

Dentro de esta situación objetiva, nos encontramos ante una esquematización y un estancamiento temporal en reivindicaciones anteriores. El ajuste necesario fue difícil de entender; tanto la situación general negativa como nuestras propias debilidades no nos permitieron organizar la lucha a nivel sectorial de manera estable y aprovechando la iniciativa de la agrupación de 530 sindicatos que demandaban la firma del Convenio Colectivo de Trabajo General Nacional y aumento salarial.

Los órganos de dirección y los Grupos Partidarios deben insistir en orientar y especializar el marco de lucha también para ciertos sectores de la clase obrera -como son las mujeres, los inmigrantes, los jóvenes trabajadores y los aprendices– para que se mejoren más decisivamente la organización y participación de estos sectores en los sindicatos, para que se destaquen cuadros sindicales, especialmente mujeres e inmigrantes, es decir, pertenecientes a sectores de relevancia donde hemos quedado atrás.

Asimismo, nos han preocupado asuntos de dirección en nuestra intervención acerca de otros problemas que conciernen al conjunto de fuerzas obreras y populares, como son la Seguridad Social y la Salud. Antes de la pandemia, así como durante su manifestación, abrimos la discusión sobre la situación del sistema público de salud, las demandas con respecto a los hospitales y la Atención Primaria de Salud (APS). Se intentó llevar a cabo movilizaciones que contribuyeron al cambio de correlación de fuerzas en sindicatos de grandes Unidades Públicas de Salud, en la Federación de Médicos Hospitalarios; también nos esforzamos en coordinar a los sindicatos obreros con las organizaciones de trabajadores autónomos, las asociaciones de la Federación de Mujeres de Grecia, las asociaciones campesinas. Sin embargo, en algunos casos de movilizaciones, ante todo en barrios cuyos Centros de Salud u otras estructuras de Atención Primaria de Salud no contaban con médicos, enfermeras, infraestructura, etc., no evitamos el error de trasladar de manera mecanicista la posición del Partido acerca de la Atención Primaria de Salud, es decir la necesidad de cambios sociales y derrocamientos políticos radicales a nivel del poder, que garantizan el derecho del pueblo a la salud, planteándola como condición a adoptar por las juntas directivas sindicales. De esta manera, se invalidó en la práctica el intento de máxima agrupación de organizaciones del movimiento de masas de la región.

 

32. En algunas ocasiones, existe la percepción que identifica la promoción de las posiciones del Partido por los comunistas, con la formación de marcos de lucha, sin ninguna elaboración y escalada, pues se considera que esto nos protege cuando intervenimos en una movilización sobre problemas graves  que se realiza bajo la iniciativa se ha tomado por otras fuerzas políticas, sobre todo socialdemócratas y oportunistas. Por supuesto, la combinación de la formación de marcos de lucha y el debate en el movimiento es muy exigente. Se requiere el seguimiento constante de los acontecimientos, conocimiento de los problemas y elaboración de los argumentos que resalten sus causas y contribuyan a la agrupación de fuerzas obreras-populares en la lucha contra la estrategia del capital y las políticas de los gobiernos burgueses.

Es un asunto crucial para nuestra intervención, asimilar y expresar en la práctica que la acción de los comunistas y el enfrentamiento con la influencia de las fuerzas burguesas al movimiento, la lucha contra la patronal, los diversos mecanismos estatales que intervienen de manera organizada, con plan y elaboración dentro del movimiento, no es algo menos exigente de la acción ideológica y política independiente del Partido. Al contrario, es más compleja, sobre todo en condiciones de una correlación de fuerzas negativa, pérdida de las características de masa por los sindicatos, desmovilización y conservadurismo. Hay que entender a fondo que el debate en las filas del movimiento no puede llevarse a cabo con la transferencia mecanicista o la simple copia de la propaganda central del Partido, las iniciativas políticas centrales o locales del Partido. Los sindicatos se forman por obreros y obreras, con un distinto grado de conciencia de clase, que se expresa a través de distintas percepciones e influencias ideológicas y políticas, de distinta experiencia y acción sindical, mientras que la lucha sindical, por su naturaleza, se desarrolla en torno a las condiciones de venta de la fuerza de trabajo y solo bajo la intervención de los comunistas es posible que los sindicatos sigan el camino de la lucha antimonopolista-anticapitalista.

Los cuadros y los miembros, que actúan en las filas del movimiento obrero sindical, con su acción de vanguardia deben adquirir la capacidad de llevar a cabo el debate ideológico de manera viva, bajo condiciones de movimiento de masas, dirigiendo a las fuerzas obreras que no pueden rechazar fácilmente las percepciones liberales burguesas, socialdemócratas y oportunistas arraigadas. Deben desarrollar su capacidad de tener en cuenta las masas obreras-populares que no participan, son desilusionadas, pasivas, atrapadas en el marco de la solución individual, luchando contra los factores que las neutralizan. Buscamos que el debate en las organizaciones sindicales apoye los criterios de selección de demandas, revele el mecanismo de la explotación, enriquezca y profundice el carácter anticapitalista-antimonopolista de la lucha, contribuya a la organización y participación activa de los trabajadores, confronte la influencia reformista-gubernamental o sindical-oportunista, por lo que depende por los miembros y los cuadros del Partido. Nuestra intervención debe apuntar al oponente de clase y no solo al respectivo gobierno, fomentar la necesidad de ampliar la lucha sobre derechos y necesidades, la composición de varios frentes de lucha (salud, educación etc.). Debe subrayar los términos y las condiciones de resistencia y contraataque a la estrategia elaborada del capital, iluminar las capacidades de satisfacer las necesidades crecientes populares.

Un asunto central del trabajo de dirección de los órganos es cómo se utilizan las armas y los recursos ideológicos que ha formado el Partido, ya que muchas veces los problemas que enfrentamos están relacionados con vacíos, deficiencias de asimilación de las posiciones y de las elaboraciones ideológicas cruciales, dificultades en la especialización de la política del Partido, en cada sector y centro de trabajo. Hacia esta dirección, el estudio continuo y la generalización de la experiencia contribuirán de manera decisiva en como trabajamos en la práctica, con la línea y las posiciones del Partido.

 

33. Durante la pandemia, nos hemos encontrado en una situación sin precedentes, en que se debería seguir la acción del Partido, dentro de la clase obrera y planificar la respuesta del movimiento obrero a la política burguesa, que sacrifica las necesidades sociales para asegurar el funcionamiento del sistema capitalista, las ganancias de los grupos empresariales. La experiencia que se ha adquirido por la escalada en el contenido y las formas de lucha, en condiciones de limitación a la circulación, miedo y obstáculos en la lucha política de masas, es crucial para el futuro. De la primera concentración de los médicos hasta la concentración del Primero de Mayo y a continuación la primera huelga general en noviembre, durante la pandemia, se ha llevado a cabo mucho trabajo para la formación de objetivos, demandas, enriquecimiento y escalada de las formas de lucha y de propaganda.

La experiencia acumulada por las movilizaciones demuestra que es muy importante que el Partido tome iniciativas, con la acción de sus cuadros y sus miembros, no solo para revelar asuntos, sino también para intervenir masivamente en las filas de los trabajadores, plantear demandas, un plano y orientación correctamente, desde el principio, independientemente de la dimensión que adquieran. La ayuda brindada por los dirigentes debe alentar la iniciativa desde abajo, el buen conocimiento de la situación en cada centro de trabajo, sin subestimar ningún problema, que puede ser la gota que colma el vaso, cada vez, para desarrollar inmediatamente acción en el lugar donde se intensifica la situación. Sobre todo, se requiere estar preparado para intervenir a los problemas que surgen por la situación política, en general, como recientemente, por la pandemia. En este caso, es posible tener resultados inmediatos, en las luchas, sobre todo en el ascenso de la conciencia política de clase.

Mientras se forman condiciones de movilización menor o mayor en torno a  problemas intensificados, los miembros del Partido están en la primera línea e intervienen, incluso cuando estas se desarrollan por las organizaciones y agrupaciones donde no tenemos la mayoría o no tenemos representantes. Cada vez, estudiamos la forma y la escalada de nuestra intervención, de manera colectiva y concreta. Esto tiene que ver también con nuestra posición hacia las movilizaciones que consideramos necesarias, en huelgas de sectores que se organizan por Federaciones y mucho más por sindicatos del primer grado, para que intervengan los comunistas con los simpatizantes y los sindicalistas que se agrupan al PAME, participando en el bloque de sus sindicatos. En estos asuntos de táctica es un error cualquier enfoque esquemático o copia de otros casos, donde la distinción se evalúa en el lugar y en el tiempo de una concentración.

Tenemos la capacidad y es necesario evaluar a tiempo y de manera objetiva las actitudes de las masas, que los comunistas intervengan de manera planeada y organizada como vanguardia en el contenido, la dirección, las formas de organización y lucha, jugando un papel principal en los procesos masivos colectivos, con precaución y flexibilidad en la ampliación, sin dejar aparte los elementos de vigilancia, de debate ideológico y político.

EL CURSO DEL PAME Y LA AMPLIACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES SINDICALES QUE AGRUPA, ES UN FACTOR CRUCIAL PARA EL REAGRUPAMIENTO

34. La creación y la acción del PAME, durante todos estos años, ha demostrado ser una decisión de gran importancia. Fue fundado a partir de la iniciativa de los comunistas que desarrollan una acción de vanguardia, en el movimiento obrero-sindical y es una agrupación de clase de federaciones, centros laborales, sindicatos y sindicalistas, con una línea de lucha en dirección anticapitalista-antimonopolista, una conquista importante para el movimiento, como estimamos en el 20o Congreso.

La evolución de su curso y su alcance es crucial. Se ha convertido en un punto de referencia, expresa la necesidad del reagrupamiento y del contraataque del movimiento obrero-sindical, de la existencia de un polo de clase distintivo, luchando contra el sindicalismo patronal-gubernamental y contra la línea de la corriente oportunista.

En 1999, en su fundación, con una reunión de sindicalistas que tuvo lugar en el Estadio de la Paz y la Amistad, se representaron 230 sindicatos de primer grado y 18 organizaciones sindicales de segundo grado, Federaciones y Centros Laborales.

Hoy, después de su 4a Conferencia Nacional, en 2016, se agrupan en el PAME, 335 sindicatos de primer grado, 25 organizaciones sindicales de segundo grado (9 Federaciones y 16 Centros Laborales). Sin embargo, este curso positivo no debe traer ninguna complacencia porque no anula la pérdida de las características de masas de los sindicatos y los problemas en su funcionamiento y acción.

Durante los años siguientes, se han dado pasos importantes para enfrentar percepciones y costumbres anticuadas, fenómenos que convierten al PAME en una facción del partido. Se han dado pasos para hacer claro, sobretodo a las fuerzas del partido, su carácter como un frente de agrupación de organizaciones sindicales y sindicalistas, que se reúnen en nivel nacional, basado en un marco de lucha que se elabora y se enriquece, teniendo en cuenta los acontecimientos. Se ha adquirido una rica experiencia, sin embargo, hace falta tener una orientación estable en los órganos de dirección, en las OBP y los Grupos Partidarios, a causa de la propia situación del movimiento obrero-sindical, para confrontar los errores, las dudas y los retrasos que atrapan la dinámica existente.

A pesar de solucionar confusiones organizativas, como por ejemplo dónde y si se establecen Secretariados regionales, que los secretariados no reemplazan los sindicatos, siguen los problemas sobre la existencia y la función de los Secretariados sectoriales que se establecieron durante los años anteriores. Hoy en día, podemos enfrentar estos problemas desde una posición mejor.

Es una responsabilidad de los cuadros y los miembros del KKE que son electos en los órganos y participan en las organizaciones sindicales de la clase obrera, de fortalecer el papel de los propios sindicatos que se agrupan en el PAME para que se garantice y se amplíe como agrupación de clase en el movimiento sindical, que actúa en condiciones de procesos colectivos y masivos, con la participación activa de los trabajadores y no se limita en los marcos estrechos que impone el control estatal de la actividad de masas. Es una responsabilidad, garantizar la función y la acción de los sindicatos y a través de nuestra actividad, hacer madurar dentro de sus líneas y confirmar su agrupación en el PAME, profundizar su acuerdo con la línea de lucha en dirección anticapitalista.

Debemos tener en cuenta y no menospreciar el hecho de que, en el conjunto de los miembros de un sindicato que ha tomado una decisión colectiva de participar en el PAME, hay distintas opiniones y, por supuesto, desacuerdos, prejuicios y confusiones. Incluso allí donde los comunistas son la mayoría u ocupan la primera posición, no es correcto interpretarlo como un acuerdo en total, con el marco y la línea del PAME, aún cuando se reconoce el principio de la lucha de clases y se acepta como objetivo declarado la abolición de la explotación, en el estatuto del sindicato.

El trabajo de los comunistas para elaborar las posiciones y las consignas en cada sector, en cada sindicato, para elaborar las demandas y los argumentos adecuados, el marco de lucha, la planificación de la acción, para optar por las formas de lucha apropiadas, es también necesario en los sindicatos que participan en el PAME. Es aún más necesario en sindicatos que no participan en el PAME, en organizaciones sindicales donde los comunistas son minoría o sin representación, aún más en lugares de trabajo donde no hay representación sindical. Debemos tomar conciencia y separar la crítica hacia opiniones que expresan los trabajadores, de la crítica hacia los líderes del sindicalismo gubernamental-patronal o hacia la línea de las fuerzas oportunistas, porque en el primer caso, no nos dirigimos al oponente del clase, sino a los trabajadores cuyo interés, objetivamente, es entrar en conflicto con los capitalistas y su Estado, luchar con nosotros para derrocar el capitalismo.

Veintiún años después de la fundación del PAME, es necesario seguir con nuevas iniciativas, con objetivos y planes, centrales o en cada sector, hacernos aún más capaces a través de la acción en el movimiento obrero-sindical, contribuir para que el PAME sea su vehículo principal, representando sectores más amplios de la clase obrera. Y como consecuencia, ampliarse a través de las luchas para lograr mayorías en nuevos sindicatos, Federaciones, Centros Laborales, con un plan de masificación de los sindicatos y creación de nuevos, organización de nuevas masas obreras fortaleciendo aún más su influencia, llevando a la lucha común los sindicatos donde los comunistas no son la mayoría. Todo esto en combinación con la intervención ideológica-política de los comunistas, en el centro de trabajo, trabajador por trabajador, para ganar sectores de la clase obrera de manera estable con la política del KKE, emancipándolos de la ideología y política dominante.

La comprensión de esta cuestión es una condición previa para enfrentar un peligro existente, que es la complacencia y el compromiso en los órganos de dirección y los grupos partidarios, bajo el peso del retroceso del movimiento, por los muy pequeños pasos que se dan para la masificación de los sindicatos y la ampliación del PAME con nuevos.

 

35. Las organizaciones sindicales que participan en el PAME han tomado iniciativas que han llevado a la acción común con otros sindicatos que no se agrupan en el PAME, alrededor de frentes de lucha cruciales, un hecho que ha demostrado las nuevas posibilidades. En todas las iniciativas, aproximadamente 165 sindicatos, en total, que no se agrupan en el PAME, han decidido participar en las acciones comunes. La coordinación combativa ha llegado a tal punto, que en los últimos años, se han convocado huelgas generales cuatro veces, después de decisiones de sindicatos y organizaciones sindicales de segundo grado, superando la posición subversiva y abiertamente en contra de la huelga, de la mayoría en la dirección de GSEE. Este esfuerzo y la acción común con las agrupaciones radicales en el movimiento de los campesinos, los comerciantes, las mujeres, los jóvenes funcionan para despertar, para ejercer presión hacia las organizaciones sindicales donde las fuerzas que están en contra o no entienden la necesidad de la orientación de clase del movimiento son la mayoría.

Es necesario seguir manteniendo y aumentando el número de sindicatos y otras organizaciones de masas alrededor del PAME (que no pertenecen en el PAME), a través de procesos masivos,  debate, esfuerzo continuo, planificación en cada sector y región. A veces serán más, a veces serán menos, intentando que cada iniciativa del movimiento de clase sea un tema de debate con las demás fuerzas, con el fin de crear grietas.

Sin embargo, hay casos de sindicatos donde las fuerzas de orientación de clase son la minoría, donde la orientación del trabajo es distinta, ya que se considera que una propuesta de acción común con el PAME recibirá votos en contra, o si recibe votos a favor, ésta blanqueará el sindicalismo patronal y las fuerzas que son responsables para la situación del movimiento y  obtendrán una oportunidad de mejorar su posición. Al final, esta posición prácticamente no deja espacio y debilita el debate, pone obstáculos en la realización unificada de la orientación de asestar un golpe al sindicalismo patronal-gubernamental.

Intentamos agrupar sindicalistas y sindicatos, con una acción planificada, donde sea posible, a través de decisiones colectivas, pero también revelar a los trabajadores, las fuerzas que ponen obstáculos en la organización de su lucha o que intentan someter el contenido y el desarrollo de su lucha a los intereses capitalistas. Esta es la manera más esencial para que los trabajadores saquen conclusiones, a través de su propia experiencia, un proceso que, por supuesto, no es suficiente por sí mismo para la maduración de la conciencia revolucionaria obrera, sino que es un requisito importante.

Que el debate contra la línea patronal, gubernamental y también contra la posición oportunista, se lleve a cabo con procesos masivos en el sindicato del primer grado, por sector y empresa. Que no retrocedamos frente a las grandes exigencias de los procesos masivos de los sindicatos (asambleas generales, concentraciones, reuniones), a través de los cuales nuestras fuerzas también obtienen más experiencia y se vuelven más capaces. Esta es la base para cambiar la situación en los sindicatos y educar nuevas fuerzas para el movimiento.

Esta orientación no se ha conquistado profundamente y de manera unificada por el conjunto de los órganos de dirección y de los Grupos Partidarios centrales. Hemos adquirido una experiencia positiva de ciertas intervenciones sectoriales, como por ejemplo, en turismo y en los hospitales, donde los sindicatos con orientación de clase han desempeñado un papel de vanguardia en la unión de fuerzas y en la acción de varios sindicatos de su sector. Sin embargo, no hay un correspondiente plan y una orientación en todas las Federaciones y los Centros Laborales donde nuestras fuerzas son la mayoría y las iniciativas que toman se dirigen y agrupan pocos sindicatos, en comparación con los que ya son miembros de estos.

El sindicalismo gubernamental y patronal, el «cooperación social», a pesar del descrédito del GSEE, sigue predominando en las Federaciones principales y en los sindicatos de los sectores estratégicos (energía, bancos, transporte, telecomunicaciones), de los cuales obtiene su fuerza en GSEE. Es un elemento que pesará y pondrá obstáculos en la agrupación, durante los años siguientes. En estos lugares, se expresan casi todos los problemas que tienen que ver con la manera que trabajamos en los sindicatos, siendo la minoría. Por supuesto, las dificultades objetivas también pesan, porque a pesar del cambio en la composición de los centros de trabajo y de las relaciones laborales, la reducción de los trabajadores permanentes que los contrataban los grupos sindicales de los partidos gubernamentales, siguen siendo lugares donde hay un núcleo de la aristocracia obrera que ha mantenido un alto nivel de beneficios e ingresos, incluso durante la década de la crisis.

 

36. Desde el 20o Congreso del Partido, se ha reforzado el debate sobre el papel de los sindicatos, la orientación de la lucha, el ascenso del grado de organización. Se ha manifestado a través de luchas en las que los comunistas jugaron un papel principal, en los congresos de los centros laborales, de federaciones, en el propio Congreso de GSEE en Kalamata, Rodas, Kavouri, donde contribuyeron en la revelación de los mecanismos y los métodos de la patronal y del Estado burgués para la manipulación del movimiento sindical-obrero, el abierto y el encubierto soborno de conciencias, la intervención de la patronal sin pretextos. Se ha reforzado la confrontación con las fuerzas burguesas y oportunistas que unen sus fuerzas en contra del Partido, y del PAME también, utilizando formas y medios del movimiento (protestas, resoluciones, manifestaciones, ocupaciones, resoluciones extrajudiciales y recursos, entrevistas, artículos, preguntas parlamentarias).

También a través de estas confrontaciones, se ha destacado la posibilidad de ir unidos con los comunistas, los sindicalistas que no están de acuerdo con el conjunto de nuestra política. Algunos aguantaron más, algunos aguantaron menos, bajo presiones mayores, unidos con integridad, reconociendo que los comunistas en la vanguardia pueden organizar la lucha firmemente y defender los intereses de los trabajadores, reconocieron y tuvieron fe en la intervención para que cambie la situación mala del movimiento obrero-sindical, en la lucha contra el papel patronal en el que están sumergidas las cúpulas sindicales.

En todos los casos, nuestras fuerzas han salido más reforzadas en experiencia, se destacaron nuevos cuadros, un apoyo para los próximos años. Los cambios positivos en los consejos de los centros laborales han formado condiciones más favorables para la escalada de la lucha y del debate, pueden contribuir en el esfuerzo principal para aumentar la organización en las organizaciones sindicales de primer grado, una cuestión que no se soluciona automáticamente, sino requiere una orientación estable e iniciativas correspondientes. Sin embargo, aun quedan muchas federaciones y centros laborales donde no intervenimos, donde no hay ningún comunista electo.

La situación varía por ciudad y por sindicatos, con respecto a los sindicatos que se agrupan en el PAME, pero también a los sindicatos donde los comunistas son la minoría o no hay ningún comunista electo.  Es decir, que hay sindicatos que se enfrentan con problemas de funcionamiento y de capacidad para movilizar a los trabajadores.

La fuerza organizativa y la influencia del KKE en cada sector y centro de trabajo es un elemento crucial para cambiar la situación, se requiere la previsión a tiempo, la orientación estable y la planificación por parte de los órganos de dirección y los Grupos Partidarios, los lazos estrechos con las masas, la formación ideológica-política, la capacidad de maniobras, audacia e iniciativa para salir adelante.

 

37. En repliegue del movimiento obrero-sindical en nuestro país se ha visto afectado también por la situación en el movimiento sindical internacional, el dominio de los sindicatos “libres” a nivel mundial y europeo, el dominio de la CES (Confederación Europea de Sindicatos) en Europa que es parte orgánica de la UE. La GSEE participa y es miembro de la CES.

Nuestro Partido apoya la acción de la Federación Sindical Mundial (FSM). El PAME, como frente de agrupación de sindicatos y sindicalistas, participa en la FSM, y también en las federaciones sectoriales de la FSM y en su presidium.

Durante los años anteriores, se desarrolló un acción internacional muy significativa con campañas de información, coordinación de movilizaciones combativas, solidaridad con  grandes huelgas, en las que jugaron un papel principal las organizaciones que participan en la FSM, como por ejemplo en la India con millones de huelguistas, en Sudáfrica, en Francia, y otras.

La FSM se ha fortalecido con nuevas organizaciones desde todos los continentes (por ejemplo COSATU en Sudáfrica, en la India, y en Europa), que fue un objetivo en los años anteriores, con el desarrollo de acción común con organizaciones de segundo grado, como son la Unión Local de Marsella, uniones locales de distritos de París, la Federación de Petroquímica de CGT, sindicatos en Italia y en España.

El reconocimiento del PAME a nivel internacional es importante. Cabe destacar la concentración del Primero de mayo en 2020 que recorrió el mundo.

La FSM se fundó justo después del final de la II Guerra Mundial Imperialista, con la Victoria Antifascista de los Pueblos, el 3 de octubre de 1945 en París. Ha soportado la contrarrevolución y con la contribución de las fuerzas del KKE y de otros luchadores sindicalistas, a nivel mundial, ha desarrollado nuevas actividades revelando posibilidades de agrupación y de coordinación común.

El debate ideológico-político se desarrolla incluso en el marco de la FSM, donde se refleja la situación del movimiento comunista internacional. Incluso fuerzas burguesas pretenden aprovechar el debilitamiento de los reflejos anticapitalistas, la confusión ideológica que prevalece también en fuerzas comunistas que actúan en el movimiento sindical internacional. Sin embargo, se han formado mejores condiciones para desarrollar el debate sobre la correlación en cada una de estas organizaciones que participan en la FSM, su perspectiva, su marco de lucha, nuestra intervención.


EL ASCENSO DEL GRADO DE ORGANIZACIÓN ES UNA TAREA PRINCIPAL PARA LA AGRUPACIÓN DE LA CLASE OBRERA

38. Hoy en día, es más necesario pensar, sobretodo, en como se fortalecerá la sindical de los trabajadores en los centros de trabajo. Es una tarea crucial y un criterio básico de un accionar eficaz. La organización en el centro de trabajo, el ascenso del grado de organización de la clase obrera y los cambios de correlación son objetivos básicos y hay que luchar por conseguirlos, de manera unificada, en cada sector, en cada región.

Trabajamos activamente en todos los sindicatos, independientemente de la forma de su organización (sectoriales o empresariales o de profesiones afines). La situación en las mayores regiones del país, donde se concentra la mayoría de la clase obrera, en Ática y Tesalónica, en base a los sindicatos que se agrupan en los Centros Laborales de estas regiones, demuestra que la gran mayoría de los trabajadores sindicalizados (con el criterio de que han pagado sus suscripciones y  participan en elecciones sindicales) está en los sindicatos de empresas. De los votantes en los Centros Laborales de Ática, el 60% está en los sindicatos de empresas, el 23% en los sindicatos de profesiones afines y el 18% en los sindicatos sectoriales. Respectivamente, los porcentajes de los votantes en las elecciones de los sindicatos son los siguientes, el 61% en los sindicatos de empresas, el 31% en los sectoriales y el 21% en los sindicatos de profesiones afines.

Los sindicatos sectoriales pueden reunir a la gran masa de los trabajadores jóvenes que trabajan en condiciones de movilidad y flexibilidad, con nuevas formas de empleo, sin excluir el conjunto de los trabajadores de su acción. Pretendemos que los sindicatos sectoriales contribuyan sobre todo en la organización en los mayores centros de trabajo, que unan la lucha con los sindicatos en las grandes empresas, en cada sector y que coordinen sindicatos entre distintos sectores. La experiencia anterior y contemporánea ha demostrado que es difícil desarrollar luchas con éxito, si no se basan en una organización firme en cada empresa. Podemos especificar esta orientación, de manera más precisa, en cada sector.

Hay centros de trabajo, en todo el país, donde establecer nuevos sindicatos es fundamental, como por ejemplo el comercio al por menor concentrado (los centros comerciales de todo tipo), las cadenas alimentarias (supermercados), el turismo con cientos de hoteles, la industria de la manufactura de alimentos y otros. Donde haya sindicatos de este tipo desarrollamos una acción de vanguardia, pese a que nuestras fuerzas sean pocas. De otro modo, contribuimos, basados en plan, en la creación de sindicatos sectoriales y también de empresas en los mayores centros de trabajo, que pueden reunir todos los tipos de trabajadores, dentro de cada empresa, en centros comerciales, conjuntos de empresas.

Se requiere estudiar de manera más sustancial el contenido y las formas de nuestra intervención en sectores que tienen un desarrollo dinámico, se priorizan por el capital y están en una fase de concentración de nueva mano de obra. Respectivamente, es necesario estudiar los cambios internos también en sectores de importancia estratégica. Estos sectores y ramas son la energía, los transportes, las empresas de expedición de carga y de logística, el sector metalúrgico, la industria militar contemporánea, las telecomunicaciones y la informática, el reciclaje. Debemos estudiar los datos de su evolución, de su representación en la infraestructura partidaria y sindical, las exigencias, destacando los elementos objetivos que influyen y crean dificultades, como por ejemplo, la organización del movimiento sindical al nivel de federaciones, y también al nivel de sindicatos de primer grado que no corresponde a las evoluciones de un sector y no cubren el conjunto de los trabajadores en este, pero también las iniciativas respectivas para establecer nuevos sindicatos, adaptaciones, incluso cambios que son necesarios en la distribución de nuestras fuerzas o de los sindicatos que se agrupan en el PAME en un cierto sector.

Al nivel de las federaciones de segundo grado, optamos por la federación sectorial y no por las federaciones de profesiones afines que causan división y fragmentación.

Debemos contribuir en la fundación de sindicatos en regiones que combinan armoniosamente el trabajo en el centro de trabajo y en el lugar de residencia con buena preparación y concentración de fuerzas, pero debemos tener cuidado no establecer sindicatos de manera improvisada en cada municipio y región. Sobre todo en los centros urbanos de Atenas, de Tesalónica, hay municipios con gran población y concentración de miles de trabajadores, en sectores, como el comercio, la restauración y el turismo que no es posible cubrir por los existentes sindicatos, cuya sede está lejos y teniendo en cuenta el nivel actual de experiencia de los trabajadores de su participación en los sindicatos. No obstante, mientras y donde no haya sindicatos, debemos trabajar para establecer comités de lucha de trabajadores que pueden funcionar como una primera forma de sindicatos.

Al mismo tiempo, apoyamos y promovemos nuevas formas de organización, al lado de los sindicatos, que reunirán una gran parte de los trabajadores, que está en “precariedad”, bajo relaciones de trabajo flexibles, el trabajo en “negro”, bajo continua movilidad, sin conciencia de sector de trabajo. Tales iniciativas de organización y de acción colectiva son los centros de reunión de trabajadores y de juventud, los centros de reunión de trabajadores griegos e inmigrantes que funcionan en el marco de la solidaridad, de la expresión y acción colectiva, enseñando la lengua griega a trabajadores inmigrantes y refugiados que aunque no son formas de organización, dentro del marco oficial del movimiento sindical, sin embargo pueden unir a los trabajadores, educarlos en la organización colectiva.

Una cuestión principal es la acción de los sindicatos con respecto a los problemas de los inmigrantes, teniendo en cuenta que objetivamente son parte de la clase obrera de Grecia. Se ha demostrado, por la experiencia, que es una cuestión difícil. Sin embargo, nuestra acción en este frente, desde el período de la contrarrevolución, cuando empezaron a llegar de manera masiva, trabajadores de los antiguos países socialistas, sobre todo de Albania, pero también de países de Asia (Bangladés, Pakistán, la India) ha dado resultados positivos, en los sectores de construcciones, en la industria textil, de alimentos y otros. Por supuesto, durante el período de la crisis económica capitalista, se observa el fenómeno de que los inmigrantes vuelvan a su país o se vayan a otros países de la UE, mientras al mismo tiempo las guerras imperialistas en el Medio Oriente, aumentan los flujos de refugiados y de inmigrantes de países asiáticos (Pakistán, Afganistán, Iraq, Siria), pero también de países del norte de África.

Es necesario ocuparnos más sistemáticamente con los inmigrantes, como parte de la clase obrera en Grecia, para que se incorporen y luchen junto con los trabajadores griegos, tanto para sus problemas que son generados por el sistema de explotación, como para el conjunto de cuestiones de la clase obrera.

Además, aparte de la acción que los sindicatos deben desarrollar, con la intervención de los comunistas, para que las mujeres y los jóvenes trabajadores se organicen, deben utilizar más las posibilidades y los contactos de las asociaciones de mujeres con trabajadoras en el sector de comercio, de salud, de educación. Todo esto dará un impulso a los sindicatos e influirá positivamente en la adquisición de características masivas, en la medida que estos coordinan su acción y se ocupan activamente con todas las cuestiones que preocupan a la familia obrera-popular y los jóvenes. Hay una multitud de cuestiones para actuar, teniendo como punto de partida el lugar de residencia, en combinación con la confrontación de problemas en el centro de trabajo. Asimismo, pretendemos que las actividades en la cultura (música, teatro, libros), en los deportes, las acciones de solidaridad, con una intervención organizada en el ocio, sean núcleos de agrupación.

 

39. La disputa acerca del papel de los sindicatos es una lucha ideológica, política y organizativa dura, en primer lugar, contra los capitalistas y sus uniones, contra los gobiernos burgueses, los partidos burgueses y en consecuencia contra sus fuerzas en el movimiento. Hoy en día, los partidos burgueses y el gobierno vuelven a referirse a la situación del movimiento sindical, con el propósito de renovar su manipulación, de tomar medidas hoy para tiempos más difíciles.

Ha vuelto la invocación de lo no partidista, lo independiente, lo exento de identidad política partidista. Desde luego, el sindicato tiene autonomía organizativa, la cual nosotros defendemos enérgicamente contra la múltiple intervención de empleadores y del Estado. Además, está claro que el movimiento sindical, los sindicatos, no son partidos para tener un propio programa de poder. Se dirigen a todos los trabajadores, independientemente de su preferencia política e ideológica. Sin embargo, se encuentran constantemente enfrentándose a las consecuencias de la economía explotadora y de su poder, por lo tanto en confrontación y en conflicto no solo con cada capitalista, sino también con el gobierno, con los partidos burgueses. No hay neutralidad en los sindicatos. Por supuesto, esta confrontación no es uniforme, ya que no existe una conciencia política de clase uniformemente desarrollada. Conseguir que esta conciencia madure a través de las luchas, que se exprese en un grado u otro a través de las intervenciones de los sindicatos, es una cuestión compleja de la que se deben encargar los comunistas.

Mientras tanto, el Estado intenta asestarle un duro golpe al corazón del funcionamiento de los sindicatos, aduciendo, o bajo el pretexto, de problemas existentes. La falta de Asambleas Generales, de concentraciones, de visitas de sindicalistas a los centros de trabajo, los congresos caducados en salas vacías, con el solo objetivo de elegir juntas directivas y representantes, sin discusión ni debate, constituyen la degeneración a la que ha llevado una elección consciente. Para poner fin a las Asambleas Generales, se utilizan medios, como p. ej. el voto por correo electrónico, que se presentan como una modernización.

Esta orientación se realiza y coexiste con la escalada de represión y de obstáculos a la acción de los comunistas en el movimiento obrero sindical, con el fin de poner límites a la organización y acción sindical, especialmente a la agrupación de sindicatos de orientación clasista, al  Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME).

De acuerdo con la nueva “legalidad” que se está formando, en el próximo período habrá aún más casos en que las instituciones del Estado burgués (tribunales, etc.) y los empleadores no reconocerán sindicatos y decisiones colectivas, rechazarán la firma de convenios colectivos de trabajo basándose en pretextos legales, penalizarán la acción de organizaciones sindicales, incluso sus procedimientos de masas. El enfrentamiento del movimiento sindical-obrero con el control estatal aún más asfixiante de los sindicatos es un frente serio de intervención y lucha de masas, ideológica, política.

Durante el período de la pandemia, se ha acumulado una rica experiencia de “indisciplina organizada” y acción de los sindicatos contra las prohibiciones y medidas represivas adoptadas por el gobierno bajo el pretexto de la “crisis sanitaria”.

A través de la organización y participación masiva de los trabajadores en los procedimientos y la acción colectivos de los sindicatos, aspiramos no solo a cuestionar el marco legislativo reaccionario, sino también -en casos de diversas prohibiciones- a afianzar de facto la existencia, el funcionamiento, los procedimientos colectivos de los sindicatos; nos proponemos lograr que se ejerza la mayor presión posible sobre las entidades estatales y patronales para que se vean obligadas a tolerar, incluso a reconocer legalmente, la acción de los sindicatos. Pero también pretendemos revelar los límites de la legalidad burguesa.

Con el pretexto de la pandemia, se ha intentado imponer la elección de representantes para los consejos de servicio en Educación y en algunos otros sectores del Estado por votación electrónica. La abstención casi universal -más del 90% de los trabajadores de Educación no participaron en este proceso- muestra que los trabajadores tienen reflejos, son capaces de resistir, que se percatan de lo reaccionario de estas normativas.

 

40.La experiencia de las luchas en el movimiento sindical-obrero muestra cierta dificultad, cierta debilidad de los comunistas al orientar acerca del contenido de la acción en los sindicatos de base, para que estos sindicatos constituyan realmente organizaciones portadoras de la lucha de clases y que reúnan la mayoría de los trabajadores. Es un problema de dirección tanto de los órganos partidistas, especialmente de los Comités Sectoriales, como de los Grupos del Partido de las Federaciones, a cuya solución debe contribuir el propio Comité Central, la Sección para el Trabajo Obrero-Sindical. Debemos ser conscientes de los problemas existentes en la orientación de los miembros del partido a fin de que cambie el funcionamiento de los sindicatos de base, que no es bueno, y que corre el peligro de empeorar aún más en condiciones de mayor repliegue del movimiento.

El desarrollo de una red integral de organizaciones sindicales y la concentración de fuerzas contra el enemigo de clase no pueden realizarse sin mejorar y elevar, bajo la responsabilidad de los comunistas, el funcionamiento de los sindicatos; de modo que las juntas directivas estén al tanto de los problemas de sus miembros, de la situación en los centros de trabajo y en las ramas; que tengan una firme planificación de iniciativas para promover el marco de lucha, que se preocupen por encontrar caminos y formas que faciliten la participación de los trabajadores. Hay que hacer uso de todas las formas y posibilidades, para que el trabajador organizado -ya sea en el sindicato de la empresa o de la rama- desempeñe su papel y participe más allá de las elecciones. Hay que ayudarle para ser “el ojo y el oído” del sindicato en el centro de trabajo, en el departamento de producción donde trabaja. Para que forme inicialmente junto con los otros trabajadores sindicalizados un grupo -al principio incluso informal-, un comité del sindicato, que informará, que se enfrentará a los empleadores, que movilizará a los compañeros de trabajo. Un grupo que deberá constituir la primera forma de un posible comité sindical o de un comité de seguridad y salud. Que pueda afiliar otros trabajadores al sindicato. Es una cuestión de dirección de gran importancia para los próximos años: ampliar el círculo de obreros que trabajan activamente al lado de las juntas directivas de los sindicatos, aumentando de esta manera la infraestructura de las organizaciones sindicales, configurando al mismo tiempo el plan y las condiciones para lograr mayorías en sindicatos y Federaciones, lo cual no atañe unilateralmente la lucha en vistas de las elecciones.

Debemos preocuparnos por guiar a los miembros del KKE y de la KNE en lo que se refiere a su participación y acción tanto en los sindicatos como para enfrentar los problemas agudos de la familia popular en el lugar de residencia. Hace falta insistir para derribar cualquier barrera que sobreviva entre la acción del sindicalista comunista en el lugar de trabajo y su acción en el lugar de residencia; derribar la vieja apreciación de que el sindicato se ocupa solo de los problemas en el centro de trabajo; de que los otros problemas incumben a los camaradas de las organizaciones de base territoriales o a los camaradas encargados de los temas de la Administración Local.

El trabajo que exige, p. ej., afiliar trabajadores, hacer que participen en la acción de su sindicato es más complejo y difícil que en años anteriores. El gran descrédito de los sindicatos, el retroceso generalizado, constituyen obstáculos serios. Para dar los pasos requeridos, hay que desarrollar la confianza indispensable en el luchador de vanguardia - comunista - sindicalista. Por consiguiente, hace falta ser activos en todos los campos: debemos estar a la vista en el trabajo, en el barrio, en la Asociación de Padres, en el Centro de Salud; frente a cada problema, pequeño o grande, debemos tomar la iniciativa, fomentar la discusión en torno a todos los problemas en el centro de trabajo y estar constantemente alentando – a través de diversas formas e iniciativas - a participar en el sindicato. Estando en la vanguardia, lo que también significa trabajando acertadamente en lo ideológico-político para que se esté asimilando más ampliamente la necesidad de organizar la lucha enfrentándose a la estrategia del capital.

ES NECESARIO CONSTITUIR COMITÉS COORDINADORES DE SINDICATOS Y DE OTRAS ORGANIZACIONES DEL MOVIMIENTO O DE COMITÉS DE LUCHA EN ZONAS TERRITORIALES, EN EL BARRIO, EN LA CIUDAD

41. La coordinación y acción conjunta de sindicatos obreros y otras organizaciones de masas han contribuido como forma de intervención. Se han organizado movilizaciones y actividades de solidaridad en zonas afectadas por desastres naturales (Mandra, Mati, Lesbos, Karditsa, Samos). Los comunistas han llevado la delantera en organizar la solidaridad dentro de los sindicatos, pero también en resaltar las causas de las catástrofes, reclamando infraestructuras y servicios para la protección de desastres naturales (incendios, inundaciones, terremotos). Se han llevado a cabo de manera más planificada intervenciones, entre ellas también movilizaciones de masas contra la política de los gobiernos burgueses, de Periferias y municipios; política que concierne al medio ambiente y a la calidad de vida de las capas populares, a la gestión de residuos, a industrias que contaminan en Ática, El Pireo, Salónica Oeste, Volos y recientemente en Tesalia por causa de las turbinas eólicas. Son ejemplos de lucha del movimiento obrero en frentes más amplios que ha adquirido un carácter de acción coordinada de sindicatos obreros con sindicatos de trabajadores autónomos, con Asociaciones Campesinas, Asociaciones de Mujeres, de la juventud, con consejos estudiantiles, Uniones de Padres etc.

De particular importancia ha sido la intervención y el papel del Partido ante el agravamiento del problema de los refugiados en las islas y en zonas de Grecia continental, la actividad de vanguardia contra el confinamiento de los refugiados, a fin de contrarrestar las fuerzas reaccionarias que actuaban y actúan con el apoyo de aparatos de muchos tentáculos, estatales y otros, ONG, que pretenden asimilar fuerzas obrero-populares. Una experiencia valiosa ha sido la actividad de los Centros Laborales de Lesbos, Samos, Grupo Norte del Dodecaneso, de la Sección de la Confederación de sindicatos de empleados públicos (ADEDY) de la Prefectura de Quíos, que se situaron al frente de la reacción justificada de sectores amplios del pueblo contra la política gubernamental y de la UE, contra los planes y acuerdos imperialistas que son responsables del confinamiento de los refugiados. El pueblo rechazó la presencia de fuerzas represivas reforzadas en las islas, expresó su solidaridad con los refugiados, a la vez que aisló a los grupos fascistas con sus consignas.

 

42.  Las fuerzas del Partido y de la KNE nos proponemos contribuir, a través de la actividad planificada de vanguardia, a que se forme sobre la base de problemas agudos, a nivel territorial, en la ciudad o el barrio, un movimiento militante que agrupe ampliamente gente del pueblo; su orientación se fortalecerá dentro de la misma lucha. Al mismo tiempo nos proponemos crear fundamentos e infraestructuras de sindicatos sectoriales y empresariales en el espacio territorial. Mediante la ampliación del marco reivindicativo de los sindicatos más allá de las demandas laborales económicas, hay que luchar por la solución de todos los problemas obrero-populares, teniendo en cuenta su gravedad. Hay que crear condiciones para la acción común con las organizaciones de trabajadores por cuenta propia, con otras organizaciones de masas, con las Asociaciones de Mujeres, las Asociaciones de Padres, etc. En todo lugar, debemos encontrarnos en la primera fila a través de los sindicatos y de otras organizaciones del movimiento, para que los trabajadores se organicen y luchen por su sobrevivencia y sus vidas, para que se fortalezca la solidaridad, para que se coordinen las diversas secciones del movimiento.

En cada ámbito, la iniciativa de los comunistas debe apoyarse en posibilidades existentes; otras organizaciones se deben unir y movilizar por su parte en torno a demandas justas, que abrirán el camino para comunicarnos y luchar junto con fuerzas populares más amplias. Es probable que otras fuerzas políticas también intervengan a través de sus representantes en las organizaciones del movimiento, ya que se trata de organizaciones de masas. Por esta razón, se requiere una buena preparación acerca de todos los temas, demandas, marcos y formas de lucha.

A través de tal intervención, el movimiento puede emerger más masivo y fuerte en lo organizativo, puede dar pasos adelante en liberar fuerzas obreras y populares de la manipulación capitalista, para que no queden atrapadas ni en el sistema ni en ilusiones socialdemócratas y oportunistas, para que se reúnan con el Partido y la KNE. Puede dar pasos adelante en fomentar la alianza social, para que la lucha adquiera una orientación anticapitalista-antimonopolista.